Molestias musculares ¿cómo influyen las emociones en el cuerpo?

¿Molestias musculares? Cómo influyen las emociones en tu cuerpo

¿Te has preguntado alguna vez si tus dolores musculares pueden tener un origen más profundo que una mala postura? Aunque es fácil atribuir el dolor cervical a una almohada incómoda o las molestias de hombro al uso constante del ratón del ordenador, muchas veces nuestro cuerpo nos habla a través de esos síntomas.

Este artículo explora cómo las emociones, las creencias y los conflictos internos pueden reflejarse en el aparato locomotor, mostrando patrones de desvalorización y otros factores emocionales que merecen ser atendidos.

La conexión entre cuerpo y emociones: ¿Qué nos dice nuestro sistema musculoesquelético?

El cuerpo humano no sólo es una máquina biológica compleja, también es un reflejo de nuestras emociones y pensamientos. Cuando enfrentamos emociones intensas y no logramos expresarlas y darles salida, estas se convierten en tensiones físicas a través de un proceso conocido como somatización, en el que los conflictos emocionales no resueltos terminan manifestándose físicamente en el cuerpo.

Algunos ejemplos comunes son:

  • Dolor de cuello: Puede ser una muestra de incoherencia entre lo que pensamos, decimos y hacemos. En otros casos, una tortícolis aparece cuando no queremos «mirar» hacia una situación concreta.
  • Síndrome del túnel carpiano: Este problema, más allá de los micromovimientos repetitivos, puede esconder una presión interna por querer ser demasiado perfectos, algo común en profesiones que exigen alta precisión, como la música.

Comprender estas relaciones entre emociones y cuerpo es clave para iniciar un proceso de sanación profunda.

La desvalorización: Un denominador común en las molestias musculares

Molestias musculares y su relación con las emociones

Si analizamos las dolencias del aparato locomotor, encontramos un patrón común: la desvalorización. Esta puede manifestarse de manera consciente o estar oculta en creencias y expectativas inalcanzables que nos imponemos. Por ejemplo:

  • Huesos: Representan lo que «somos». Una desvalorización profunda puede generar problemas como la osteoporosis.
  • Músculos: Simbolizan lo que «hacemos». Críticas constantes hacia nuestras acciones pueden reflejarse en tensiones musculares.

Un caso ilustrativo es el del bruxismo (rechinar los dientes). Aunque la férula dental que nos recomienda el dentista protege los dientes, no resuelve el origen emocional: la impotencia o la sensación de «no poder decir lo que siento».

La percepción subjetiva: ¿Cómo interpretamos la realidad?

El cuerpo no reacciona sólo a los eventos objetivos, sino también a cómo los interpretamos. Esto explica por qué dos personas pueden enfrentar la misma situación pero reaccionar de manera distinta.

Por ejemplo: Una persona con el hombro congelado derecho puede percibir que «los demás no reconocen su esfuerzo». Sin embargo, esta percepción puede estar filtrada por expectativas autoimpuestas, ya que somos nosotros mismos quienes colocamos el listón de lo que esperamos de los demás.

Con el tiempo, estas interpretaciones pueden generar pequeños conflictos emocionales que el cuerpo acumula hasta manifestarse en un síntoma.

«No siempre ocurre un gran shock emocional que desencadena un síntoma. En los tejidos del aparato locomotor somatizamos lentamente, día a día, gota a gota, hasta que llega un momento en que el vaso se desborda.»

Ejemplos de somatización en el aparato locomotor

Algunos casos comunes incluyen:

  • Cuello y cervicales: Rigidez mental, resistencia a cambiar de perspectiva («no poder girar la cabeza» y ver otras posibilidades).
  • Espalda dorsal: Cargas emocionales relacionadas con la culpa o el miedo o la familia.
  • Rodillas: Dificultad para ceder, exceso de ego o falta de flexibilidad. «No me dejo doblegar». De ahí que es muy común en adolescentes rebeldes.
  • Manos y pies: Incapacidad de actuar o avanzar en la dirección deseada.

Incluso las fracturas pueden reflejar un proceso emocional. Por ejemplo, un niño que se siente «un desastre» tras recibir críticas constantes puede somatizar esa desvalorización hasta que un evento positivo lo libera, desencadenando la fractura como parte de la resolución. El aspecto más positivo es que el hueso soldará y formará un callo óseo que va a provocar que el hueso sea más fuerte que antes del conflicto.

Aprende a escuchar a tu cuerpo

Reconocer la influencia de las emociones y los patrones mentales en las molestias físicas nos brinda una oportunidad única: sanar el cuerpo y transformar nuestra vida.

En el Curso de Enfoque Psicosomático de los Síntomas de Laia Naturopatía aprenderás a identificar los orígenes emocionales de los síntomas y a integrar este conocimiento en tu vida o en tu práctica profesional.

¿Te interesa? Descubre todos los detalles aquí: Enlace al curso

¿Quieres saber más? En este artículo profundizamos más en ello ¿Cómo se relaciona la mente, el cuerpo y la emoción?

Tu cuerpo tiene un mensaje para ti. ¿Estás listo para escucharlo?

Amplía tus conocimientos y conviértete en un gran profesional de la salud. Ahora es un buen momento para formarte.

Aprende cómo ayudar a mejorar la salud  naturalmente

Formación profesional en naturopatía, aromaterapia, nutrición ortomolecular y cursos de especialización en técnicas naturales, desde 2010.

Buscar

SÍGUENOS

CATEGORÍAS

ARTÍCULOS MÁS LEÍDOS