Desde tiempos inmemoriales, las mujeres han desempeñado un papel clave en la sanación y el desarrollo de las terapias naturales. A pesar de las barreras impuestas por la sociedad, muchas lograron dejar su huella en la historia de la medicina, la naturopatía y la fitoterapia. En este recorrido cronológico, descubrimos a algunas de las figuras femeninas que han influenciado la medicina natural y cuyos conocimientos siguen vigentes hoy en día.
Las primeras mujeres en la sanación natural
En el Antiguo Egipto, Peseshet (Dinastía IV) fue reconocida como la primera mujer médica de la historia. Su título, «supervisora de las mujeres médicas», sugiere que lideraba un grupo de sanadoras especializadas. También en Egipto, Meresamun, sacerdotisa y médica del templo de Amón en Tebas (siglo XI a.C.), desempeñó un papel crucial en los cuidados médicos dentro de su comunidad.
En la Antigua Grecia, Hagnódice (siglo IV a.C.) desafió las normas al disfrazarse de hombre para ejercer la ginecología y la obstetricia. Su éxito fue tal que, tras ser descubierta y juzgada, las mujeres atenienses iniciaron una revuelta que permitió a otras ejercer la medicina. También Antioquis , que vivió en el siglo I a.C., tiene un papel importantísimo en la práctica de la medicina contemporánea, fue una figura médica de reconocido prestigio.
Otra figura relevante fue Metrodora (siglos III-IV d.C.), autora del primer tratado médico escrito por una mujer, en el que abordaba enfermedades y tratamientos ginecológicos.

La expansión del conocimiento en la Edad Media
Durante la Edad Media, muchas mujeres contribuyeron significativamente a la medicina natural. Trota, o Trótula, de Salerno (circa 1050 – siglo XII) fue una médica italiana que escribió De secretis mulierum, un influyente tratado sobre ginecología y obstetricia. Su labor en la Escuela de Medicina de Salerno ayudó a consolidar el conocimiento sobre la salud femenina. En este enlace puedes ampliar información sobre sus trabajos.
En el mundo islámico, Tahira (siglo X) escribió Tahira’s Book of Medicine for Women, un tratado que abordaba enfermedades comunes y remedios caseros. Por su parte, Gauhar Shad (siglo XV), princesa timúrida, fundó un hospital y una escuela de medicina en Herat, Afganistán, promoviendo la educación médica de las mujeres.
En la Europa medieval, Dorotea Bucca (1360-1436) destacó como catedrática de medicina y filosofía moral en la Universidad de Bolonia, abriendo camino a otras mujeres en el ámbito académico.
Desde el Renacimiento hasta la modernidad
En el siglo XVI, la curandera azteca Tepanozitl documentó en su Libro de las medicinas de las yerbas de la Nueva España el uso de plantas medicinales para tratar diversas enfermedades. En Asia, Ban Zhao (siglo I d.C.), historiadora y escritora china, escribió el tratado Nü jian, donde abordaba temas de salud femenina, embarazo y parto, sentando bases en la medicina tradicional china. Por otro lado, Olimpia de Bizancio (siglo VI d.C.) se destacó en el estudio de enfermedades infantiles, dejando un importante legado en la pediatría antigua.
Ya en la Edad Moderna, María Treben, una de las herboristas más influyentes del siglo XX, recuperó recetas ancestrales y difundió el uso de las plantas medicinales a nivel mundial. Su libro Salud de la botica del Señor sigue siendo un referente en la fitoterapia. Santa Hildegarda de Bingen (siglo XII), aunque su legado se extendió a lo largo de los siglos, fue una de las primeras en sistematizar el conocimiento sobre hierbas medicinales y alimentación saludable, dejando un impacto duradero en la naturopatía moderna (en este enlace puedes saber un poco más sobre ella).
Maria la Judía, considerada la fundadora de la alquimia, también realizó contribuciones a la ciencia práctica que influyeron en los métodos de preparación de remedios. Agripina la Mayor (14 a.C. – 33 d.C.) desarrolló un ungüento a base de hierbas para tratar la inflamación y el dolor, conocido como Unguentum Agrippinae. En Corea, Mibae (siglo VI) fue una reconocida médica tradicional, cuyo legado perdura a través de las historias transmitidas a lo largo del tiempo.
Por otro lado, Elizabeth Blackwell (1821-1910) fue la primera mujer en titularse como médica en el mundo. Su lucha por la equidad en el acceso a la educación médica inspiró a generaciones de mujeres y contribuyó a la integración de la mujer en la profesión médica.

Un legado que sigue vivo
A lo largo de la historia, estas mujeres, y muchísimas más, han demostrado que la sanación y la medicina natural no solo pertenecen al ámbito académico, sino también a la tradición y la experiencia compartida. Sus conocimientos han sido transmitidos de generación en generación y hoy forman la base de la naturopatía y las terapias naturales.
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