Estas 13 acciones funcionan muy bien y pueden ser suficientes para aliviar la ansiedad. Te animamos a probarlas. ¡Vamos a ello!
1.- Haz respiraciones
Párate. Cierra los ojos. Relájate. Respira. Simplemente respira. Siente como el aire entra por la nariz cada vez que inhalas y siente como el aire sale por la nariz cada vez que exhalas. Pon toda tu atención en la respiración. Con unos pocos minutos es suficiente.
2.- Prepárate una infusión de tila, manzanilla y hierbaluisa.
- La tila es sedante (también puedes utilizarla en baños).
- La manzanilla, a parte de ser también digestiva y muy útil en oftalmología, es calmante y relajante.
- La hierbaluisa, a parte de ser ideal para problemas respiratorios y digestivos, es también calmante y relajante.
Tómala un par de veces al día, sobretodo en los momentos de mayor ansiedad.
3.- Huele aceite esencial de manzanilla romana (Chamaemelum nobile), está muy indicado en trastornos nerviosos como nerviosismo, ansiedad, estrés extremo.
Es muy calmante y relajante. Sirve también para la irritabilidad y el insomnio y para los shocks emocionales. Puedes oler directamente del frasco cada vez que te sientas nerviosa o nervioso.
O bien aceite esencial de lavanda (lavandula officinalis), para problemas nerviosos (insomnio, nerviosismo, migrañas, ansiedad, etc.), es calmante y relajante. También puedes olerla directamente del frasco o aplicar una gotita en cada muñeca.
4.- Toma suplementos de citrato de magnesio. La carencia de magnesio produce ansiedad, insomnio, mala gestión del estrés, depresión, desánimo, trastornos de la conducta y cambios de humor. El magnesio ayuda a disminuir el cansancio y la fatiga, muy importante como relajante y calmante. Cómpralo en forma de citrato y toma la dosis recomendada por el fabricante o por tu terapeuta.
5.- Utiliza el extracto de valeriana. Es muy calmante y relajante, muy indicado en ansiedad, insomnio, estrés y nerviosismo. También es interesante en caso de migraña, taquicardia, espasmos, etc. 20 gotas en medio vaso de agua 3 veces al día es suficiente (también puedes tomarlo en comprimidos).
6.- Oblígate a realizar ejercicio físico moderado (nunca intenso porque puede agravar los síntomas)
7.- Dedica un tiempo del día a hacer actividades de ocio. Dedícate tiempo, haz cosas que te gusten, y siente como disfrutas haciéndolas. Verás que 30 minutos pueden ser suficientes.
8.- Duerme las horas suficientes. Ya es sabido por todas que la falta de sueño altera el sistema nervioso, por tanto, si padeces ansiedad e insomnio, resuelve primero este último y seguro que la ansiedad desaparecerá.
9.- Come semillas y aceite de sésamo. Las semillas de sésamo son muy ricas en ácidos grasos insaturados omega 3 y 6, lignanos (sesamina y sesamolina) y escualeno. Posee propiedades antioxidantes, y también contiene lecitina. Por todo ello, el sésamo tonifica y estabiliza el sistema nervioso. El aceite, a parte de ser importante para el sistema nervioso, es excelente para la piel.
10.- Come aguacate. Las grasas que contiene también son importantísimas para el sistema nervioso, al igual que el sésamo.
11.- Come pescado azul de pequeño tamaño. También es muy rico en ácidos grasos omega 3 tan importantes para el cerebro. Eso sí, que sean de pequeño tamaño (como los boquerones y las anchoas, las sardinas, la caballa, etc.) porque los de gran tamaño como el atún contienen muchos metales pesados dañinos para el cerebro.
12.- Pide a alguien que te haga un contacto frontal – occipital.
Se trata de poner una mano en la frente y la otra en el occipital tal y como se muestra en la fotografía:
Este ejercicio ayuda a liberar los recuerdos con carga emocional negativa que nos condicionan en la edad adulta creando ansiedad y otras preocupaciones (estos recuerdos se almacenan en la parte occipital del cerebro). El hecho de colocar una mano en la frente activa la circulación de la sangre en esta parte del cerebro, favoreciendo la activación de la función “aquí y ahora” y liberándonos de dicha carga emocional negativa.
13.- Anclaje de Cook.
Este es un ejercicio que consta de dos partes y que puedes realizar de pie, sentada o tumbada:
a) Cruza los tobillos. A la vez, extiende los brazos delante de ti y cruza una muñeca por encima de la otra; entrelaza los dedos y lleva tus manos unidas en dirección ascendente hacia el pecho. Mantente así durante un minuto o más, hasta que tú sientas, respirando lentamente, con los ojos abiertos o cerrados.
b) Cuando estés preparada, descruza los brazos y piernas y junta las yemas de los dedos delante del pecho, continuando con una respiración profunda durante otro minuto.
Este anclaje es útil para relajarse y disipar la charla mental. Nos ayuda a centrarnos emocionalmente, a organizarnos mejor, a estar más atentos y a inhibir la sobreexcitación. Te invito a que lo hagas tantas veces como lo necesites.
Y si quieres profundizar un poco más te recomendamos el seminario “Visión Holística de… las alteraciones del sistema nervioso”.